viernes, 4 de abril de 2008

Dia 16 - Una nueva etapa

Esquel posee un centro de esqui muy importante llamado La Hoya cuya entrada queda casi a la salida del pueblo. Después de desayunar religiosamente como corresponde, enfilamos para alla por un camino de ripio (nuestro gran amigo ripio que es recibido con vítores de “alegria” cada vez que lo sentimos) que no es de cornisa pero que tampoco es muy comodo. Seguramente las combis en invierno lo hacen con esquiadores todo los dias pero para nosotros representa hacerlo con mucho cuidado, las pendientes son empinadas y mirar al costado del camino da un poquito de impresión. Arriba nos recibe el vacio. Pero no el de la distancia al pie de la montaña, el de la ausencia de personas. Claro, aún falta la temporada y lo que van a ser las pistas de esqui con gente bajando a toda velocidad, son solo caminos inclinados de piedra. La vista de Esquel desde la altura se disfruta igual y nos asomamos a los refugios y bares de descanso de alpinista para chusmear lo que en unos meses estara repleto de movimiento.

Luego de la recorrida matutina, enfilamos para el Bolson. Con el tanque lleno, por suerte. Ya nos acercamos al tramo mas pintoresco y representativo de los folletos de “venga al sur”, sierras cubiertas de verde y pinos, camino asfaltado, al fondo algun pico de nieve permanente, tan alejado a los kilómetros de desierto y ripio que igualmente tienen su encanto para el que le gusta el turismo no convencional. Pasamos ya por lugares como Epuyen con su lago, El Hoyo y sus casitas al borde de la ladera empinada de la montaña humeando lentamente blanquecinas sus chimeneas, todas postales representativas de vida natural, ecologica y tranquila. Es otro mundo rotundamente diferente al que dejamos, es como otro pais, las dicotomías que se plantean en diferencias de kilómetros.

El Bolson es casi tal cual el imaginario popular lo ha edificado. Llegamos y nos encontramos con una feria artesanal de las que uno espera pero con una onda increíble en la gente. El turismo aquí es completamente diferente, el ritmo, la apariencia, la tranquilidad, el recibimiento de la gente del lugar es como en ningun lado que pudiera ver. Un muchacho que vende mbiras y diferentes instrumentos hechos a mano con disposición para charlar y mostrar sus productos, un personaje de largos cabellos blancos con una flauta construida artesanalmente que luego veremos y escucharemos tocar una pieza clasica en un pianito bajo la sombra de un arbol contemplado por dos turistas extranjeros, la sonrisa y buena onda de la gente del lugar, aca todo es para tocar y probar, no hay prohibiciones ni resistencias. No puedo dejar de sentir mucha simpatia por esta gente y su entorno, enmarcado por el cerro Piltriquitron. Todo eso que me hace desear regresar con mas tiempo a este lugar dentro de no mucho tiempo. Un refugio para el alma.

Después de almorzar una buena pizza en lo de Tuqui, que resulto ser salteño y vaya a saber el motivo por el cual termino en esa zona del planeta, nos vamos a visitar el Rio Azul y Cabeza del Indio. El rio, creemos que producto del fin de la epoca del deshielo, es un hilo de agua y no representa lo que he visto en algunas fotos que saco mi amigo Alejandro en el mismo lugar. Tampoco comprendo el motivo del excesivo calor que sufrimos, se supone que es otoño y por la cantidad de tierra que vuela en el camino, suponemos que no llueve hace mucho. Vamos hacia Cabeza del Indio. Un sendero donde se puede llegar facilmente y sin hacer demasiado recorrido y otro sendero mas complicado que nos anticipa un camino de cornisa. Obviamente, vamos por el camino de cornisa. Luego de subir un tramo amplio por una trabajosa pendiente, nos encontramos por el camino de cornisa que es, como corresponde, bastante angosto y alto. Nuevamente en solidaridad con Charly, vencemos el vertigo y caminamos sin mirar hacia abajo, pasamos por debajo de una piedra de tamaño bastante imponenente y cuando nos damos vuelta, vemos la cara del indio mirando al cielo tallada naturalmente por la erosion.

Volviendo hacia El Bolson empezamos a pensar si nos conviene quedarnos en Bariloche unos cuantos dias y desde alli recorrer la zona o vamos hasta San Martin de los Andes y después bajar. Gana la opcion de Bariloche. Salidos del Bolson existe lo que se llama El Cañadon de la Mosca, un pasaje hermoso de la ruta rodeado de pinos enclavados en la ladera con decenas de vueltas en tirabuzón hacia un lado y hacia el otro que hace que uno pierda conciencia para que punto cardinal se dirige. El paisaje de montaña ayuda a la contemplación, diferentes tonalidades de verdes que ocasiona el otoño, los lagos que toman todas las variaciones del azul verdoso, como un ejemplo de lo mas representativo de los paisajes del sur.

Al llegar a Bariloche nos encontramos con los primeros indicadores de una ciudad mayor. Un basural de tamaño importante al costado de la ruta tapados con “mediasombra”, una especie de conurbano pobre y precario unos kilómetros antes de llegar, una diferencia muy notable con lo visto en dias anteriores en otras ciudades mas pequeñas. En mi vision me resulta algo chocante.

Luego de dar unas vueltas chusmeando los lugares para quedarse, Charly con su natural instinto frena la camioneta y nos indica una hosteria para preguntar, que resulta ser de precio accesible y al borde del Nahuel Huapi. Al bajar a ver la habitación, corremos las cortinas y estamos a poco metros del lago azul oscuro con las olas que rompen a pocos metros. Banda ancha, tele para ver la carrera de F1 el domingo, no les falta nada. El humor cambia radicalmente, un lugar donde bañarse y acomodarse por unos dias sin tener que armar y desarmar valijas diariamente, lavar la ropa cubierta de polvo, el turismo salvaje da paso a algo mas convencional.

Finalmente damos unas vueltas por el centro, cenamos tranquilamente y volvemos comprando chocolate para comer en la habitación. Otra etapa comienza.

5 comentarios:

eleonora dijo...

El tema del ripio es terrible!!! cuando levantan de 30 a 40 km/h, ¿no les parece que van a mil?
No pararon en Lago Puelo? es bellísimo. Si no lo hicieron, anotalo en tu lista de visitas para la próxima vez que visites el Bolsón.
Ahora, todo muy lindo pero queremos ver más fotos! sí? besos :)

Alejandro Lauria dijo...

Che, yo me hubiera quedado un par de dias dando vueltas por Puelo, el Bolson y me hubiera ido a comprar dulces El Puente que son riquisimos!!!! hubieran largado la camioneta y andado en bici por ahi que en las bajadas sin pedalear respiran aire del Puro!!!!

Anónimo dijo...

Hola me alegro que yá estén en Bariloche, no es lo mismo que todo lo anterior pero bonito sobre todo el chocolate. Yo creo que tendrían que haber aprovechado más El Bolsón es muy bello y tiene un microclima único, pero bueno uds sabrán.Ya que estás ahí fijate si en alguna casa que vendan especias tienen de La Macía ése es el nombre comercial, un ají muy triturado mezclado con pimentón ahumado que es buenísimo, lo probé en Pina y te lo recomiendo, porfi traéle a tu tía y a mí,gracias.
Espero sigan disfrutando y pasándolo bién unbesote, tu mother.

Fabiana dijo...

lindisimo el bolson! el rio azul.. ahhh me da nostalgia!

Elely dijo...

Que bueno viajar aqui sentado... gran crónica... gran vuelta!
Abrazo.