lunes, 14 de abril de 2008

Dia 24 - Epilogo

Aturdido. Alienado. Extenuado. Una vez que uno se acostumbra a los espacios amplios durante tres semanas, la ciudad se vuelve una prision que se viene encima, invasora, irrespetuosa. Asi como en la Carcel del Fin del Mundo se podia advertir cierta opresión identificandose imaginariamente con los prisioneros, la vuelta a casa se traduce quizas con una sensación emparentada a ese recuerdo emotivo.

El viaje final en la ruta estuvo marcado por la gran cantidad de camiones, el transito mas frecuente y el frio amenazando lluvia que veniamos arrastrando. Paramos para almorzar en Benito Juarez, ultima carga de combustible para llegar y empezamos a ver desde el otro lado de la ruta los mismos lugares del primer dia. Pero muy diferente.

La ciudad nos recibio como debe ser. Transito, congestion, ruido, volvemos de donde salimos en las mismas condiciones, nos fuimos con lluvia, volvemos con lluvia, salimos en una marejada incesante de transito retrasado, volvemos con casi el mismo movimiento, como para hacer mas evidente aún el periplo tan largo y maravilloso.

Saldriamos de viaje inmediatamente, lo dijimos en la cena de la noche anterior en Bahia Blanca, con el relato compartido del recuerdo comun, las rutas, las distancias, los lugares, los climas, todo lo que tuvimos y ahora nos llevamos. No sé si estos apuntes sirvieron para transmitir algo aunque sea pequeño de lo que vivimos, espero que si. Por que para nosotros fue algo fantastico.

jueves, 10 de abril de 2008

Dia 23 - En Bahia... Blanca.

Luego de dormir como pudimos en el hotel de la peli de Joel Coen, “Barton Fink”, nos despertamos con las voces del pasillo donde desayunaban los otros pasajeros. Charly ya daba vuelta y vueltas obsesionado con el estado de las camas, el fresco que entraba por la ventana, las frazadas cortas y escasas y la sensacion que le picaba todo, asi que se levanto y lo seguimos todos de a poco. Tampoco es que nos moriamos de ganas de seguir quedandonos en la ciudad. La verdad es que se habia levantado frio, ayer habiamos cenado en remera y hoy teniamos que salir con polar y campera.

Encarando la ruta, nos encontramos ya con bastante trafico de camiones. De puro aburridos que estabamos realizabamos rutinas para salir del hastio de un camino donde la linea del horizonte era lo unico que se veia. Charly reproducia los sonidos electronicos del cd de Krafwertk que escuchabamos, yo buscaba en el mapa los nombres extraños de las localidades en el mapa (Pichi Mahuida, sabian que existia esa localidad? Y que Chimpay es el pueblo natal de Ceferino Namuncura?), Emi hacia mate y Waly… dormia, se despertaba, hacia un comentario y volvia a dormir.

Paramos para almorzar en Choele Choel con fresco lluvioso y al salir nos encontramos en la recta mas famosa, empieza a la salida del pueblo y termina en Rio Colorado, algo asi como 130 kms de camino sin ninguna curva, muy peligrosa porque el tedio después de los treinta minutos mirando el asfalto negro, es lo mas peligroso. Cuando a lo lejos pudimos ver un atisbo de curva, pensabamos encontrarnos con un cartel cruzando la ruta que dijera “GUARDA LA CURVA!”, pero nada, eh.

Llegamos a Bahia Blanca, encontramos rapidamente hospedaje en un hotel salido de una película de Olmedo y Porcel de las que pasan los domingos a la tarde por tele y nos dijeron lo que ya suponiamos: ayer hacia un temperatura de 30º y hoy nos morimos de frio. Asi que preparense en Buenos Aires, alla vamos con el frio y la lluvia atada al paragolpes.

Mañana nos veran contentos con todo el viaje encima. El epilogo de esta pequeña aventura, ya serà hecho desde casa.

Dia 22 - Dinosaurios en el Chocon!

Ya salidos de San Martin de los Andes a los pocos kilómetros podemos ver la cumbre del Lanin, el volcan inactivo con la cumbre siempre nevada, por casi todo el camino hacia Junin de los Andes. Dejamos atrás la zona cordillerana y es un poco la salida del viaje que hasta ahora lleva la cuenta de 7500 kms y todavía nos quedan unos cuantos mas en el camino a casa. La vuelta se puede realizar por la ruta a Zapala en la zona media de Neuquén o por la zona inferior pasando por Piedra del Aguila.

Después de varios dias de frio empezamos a entrar en el calorcito amable del desierto. En este caso no es el mismo que vimos en el camino de ida, el suelo es bastante mas seco y con vientos intensos que levantan nubes de tierra como si fuera una capa de smog a la distancia. Cerca del mediodia pasamos por Picun Leufu, la Ciudad Nacional del Viento y pocas veces mejor puesta la caracteristica. Nos detenemos para cargar combustible y almorzar ya que vamos bien tranquilos con el tiempo y la distancia que nos falta para Neuquén. En el parador del almuerzo, Emi nota una piedra de tamaño semicircular de rugosidad pronunciada, como si hubiese sido trabajada con martillazos de bocha, puesta sobre una maceta. Con su habitual curiosidad, se pone a hablar con una de las personas del lugar y le responde que son restos fosilizados de un coral, bastante frecuente de encontrar por la zona. Tambien le muestra un par de piedras lajas que decoran las paredes en las que se pueden ver muy claramente las figuras fosilizadas de los “nautilus”, una especie de caracoles abiertos donde se puede ver la estructura interna de compartimientos circulares espiralados. Nos quedamos sorprendidos mirandolos y nos dicen que en la zona son habituales estas muestras.

Kilómetros mas tarde, llegando a Villa El Chocon donde entramos para ver el embalse, hay unos carteles que indican un museo paleontologico que ignorabamos completamente que existia. Resulta que en 1993 se encontraron los restos de un reptil carnivoro, el mas grande descubierto hasta la actualidad, por un ingeniero de la planta electrica aficionado a la paleontología. Se rescató el esqueleto fosilizado y mas tarde se realizo este museo que expone tanto al dinosaurio como otros restos, desde instrumentos indígenas pasando por fosiles de otras especies y petrificaciones de arboles, hasta la exposición de la construccion de la represa y otros documentos más. Un lugar pequeño pero muy recomendable que solo ocupa unos minutos apartarse del camino y poder ver algo muy interesante que, en nuestro caso, todos disfrutamos.

Salimos hacia la represa para poder ver con mas detalle ese inmenso espejo de agua que puede observarse desde la ruta muchos kilómetros antes de llegar. Unos cientos de metros mas alla cruzamos por sobre el dique de la represa y casi no se podia ver mas de 400 mts mas adelante producto del fortisimo viento que levantaba una nube de tierra inmensa que se nos venia encima por el valle. En la cabina de junto, un gendarme le explica a Emi que los vientos en ese momento eran de 30 kms/h pero que para mas tarde se habian pronosticado unos vientos de hasta 70 kms/h. O sea que si no nos ibamos pronto, me iban a tener que poner lastre para no terminar volando como un barrilete perdido. Y las nubes grises se acercaban, estamos manejando con el frio que nos viene siguiendo desde el sur, en cada lugar que paramos nos dicen que estaba lindo hasta que llegamos.

Ya en la ruta, quedamos rodeados por algo que en mi caso particular nunca he visto, una tormenta de viento y tierra que nos encierra como si fuera un banco de niebla, no se ve mas alla de 300 mts en todas direcciones y el sol se torna opaco.

Llegamos a Neuquén tranquilos y con la tormenta que parece haber pasado por un costado. Nos costo un poco conseguir alojamiento, en todos lados nos dicen que està todo ocupado. Después del quinto hotel que nos manifiesta lo mismo, empezamos a sospechar que algo en nuestro aspecto no les inspira confianza. Y lo mismo nos pasa cuando caminamos por la calle, nos miran raro. Debe ser la tierra encima, el aspecto o no sabemos que cosa pero por suerte encontramos un hotel-pension de no mas de media estrella que nos da el ok. Los placares tienen un poco de moho, el baño ni siquiera una cortina ni tapa o boton del tanque del inodoro y el empapelado de las paredes esta incompleto en varios sectores. Pero después de todo es solo para pasar la noche y seguir viaje. Mañana vamos para Bahia Blanca, la ultima parada antes de llegar a casa.

miércoles, 9 de abril de 2008

Dia 21 - San Martin de Los Andes

Un dia mas en San Martin de los Andes nos da la oportunidad de conocer un par de puntos que se pueden hacer caminando. Obviamente, subiendo las montañas. Asi que después del desayuno preparado con dulces caseros, pan pebete, manteca y medialunas de las ricas, enfilamos para el Bandurrias, el cerro que esta frente al Arrayanes. Esta vez lo hacemos caminando, se puede hacer en auto pero no se lo digo a Charly para que hagamos un poco mas de esfuerzo.

Subimos de a poco entre las rocas y los arboles que a esta altura del año ya tienen los primeros colores del otoño. Creo que el paso por el sur ya esta haciendo sus estragos, el camino no presenta una dificultad muy alta comparada con la de otros sitios en los que ya estuvimos, pero después de un par de tramos en subida se siente el cansancio. Cada tanto tomamos un poco de aire y seguimos para llegar al mirador desde donde se puede ver el Lacar perdiendose entre las montañas. Y como nos ha pasado en estos dias, el viento nos ataca de frente sin piedad. No es mucho el tiempo que podemos quedarnos parados ahí, el clima se soporta pero con el viento es casi imposible no volver al reparo detrás de los arboles. Seguimos por el camino y vamos hasta el sector mas alto donde volvemos a ser atacados sin piedad por nuestro amigo el viento frio que nos viene siguiendo desde hace unos cuantos dias. Emi termina de sacar fotos y bajamos rapidamente para ponernos a mejor resguardo.

Volvemos al hostal y sacamos la camioneta para ir al Quila Quina, un balneario que está a unos 12 kms por un camino de tierra que se desprende de la ruta principal a la salida de San Martin rumbo a los siete lagos, subiendo hasta lo mas alto de la montaña y luego descendiendo en un camino zigzagueante hasta un muelle donde finaliza el viaje que realiza diariamente un barco desde el pueblo. Ahí paramos para comer algo, ya que nos agarró la hora del almuerzo y el corto esfuerzo anterior nos abrió el apetito. Debe ser el aire del sur, seguro.

Luego de almorzar como corresponde mirando el lago con el solcito que pega lindo, nos fuimos a dar una vuelta por la playita y adivinen que pasó. Si, asi es, a la vuelta de la playita nos agarro el viento de frente! Pero esta vez con las olitas golpeando contra las toscas. Charly estaba pensando en meterse un rato pero con las condiciones climaticas adversas, desistio de la idea. Después de caminar un trecho por el pequeño bosque de cipreses que anteceden la entrada a uno de los camping de la zona, volvemos con la camioneta hacia el descanso que nos merecemos. Que aunque el esfuerzo no fue mucho, la acumulación en el viaje a esta altura está mostrando los resultados.

Esta noche nos despedimos de San Martin de los Andes y comenzamos de a poco la vuelta cercana. Mañana salimos hacia Neuquén para pegar el salto hacia Buenos Aires y abandonar el sur cordillerano.

Dia 20 - Siete Lagos

Nos despedimos temprano de Bariloche, con mucho viento y algo de lluvia sobre los cerros que rodean el Nahuel Huapi. Nos vamos hacia San Martin de los Andes por el camino de los Siete Lagos, por lo que hay que pasar por Villa La Angostura. Unos kilómetros mas adelante el camino se divide entre el que se dirige al paso internacional a la izquierda y el de nuestro destino a la derecha. A los pocos metros de andar dejamos el asfalto y tomamos por la tierra.

Esta es la etapa que en mi caso particular disfruto de una forma especial, la zona del Parque Lanin que involucra los Siete Lagos hasta San Martin de los Andes, es de las que particularmente mas me gusta. Desde valles extensos entre las montañas a bosques cerrados de arboles descomunales, pasando por la vista de todos los lagos y lagunas que bordean la ruta, es para mi personalmente de los lugares mas hermosos que conozco.

La ruta de los Siete Lagos es en gran parte de tierra mejorada, lo que le da un aspecto especial. Seguro que es preferible que se pavimente y mejore la comunicación pero por el momento se puede ver que se estan haciendo trabajos para optimizarla. A los margenes se construyen pequeños paredones de baja altura con piedras encerradas entre alambres para prevenir la caida de tierra y rocas, habitual en las epocas de grandes lluvias. Tambien se mejoro el dragado del agua con cordones en “v” para conducir el agua como canales.

Como es habitual en esta zona, la lluvia alterna con la salida del sol y el viento. Vamos parando en algunos lagos para tomar fotos y estirar las piernas. La velocidad no puede ser alta por el estado del camino, con bastante barro en un par de subidas y bajadas que Charly disfruta especialmente pasando por todos los charcos que encuentra. Ya cercanos al Lacar, subimos hasta el Cerro Chapelco desde donde podemos ver las nubes que cubren intermitentes algunos cerros. Finalmente, nos encontramos con San Martin de los Andes al borde del Lacar, siempre hermoso desplegandose entre el Cerro Arrayanes y el Bandurrias. Charly y Waly nos encuentran un buen lugar para dejar las cosas y salimos a dar unas vueltas en busca de algun lugar para comer. Siendo las tres de la tarde y un dia Lunes fuera de temporada, no hay mucho. Pero siempre esta abierto “Peperone”! La pizzería hamburgueseria que no se pueden perder si pasan por aquí.

Volvemos para buscar la camioneta y subir al mirador Arrayanes, esta vez es la primera que no lo hago caminando, es raro. Arriba nos recibe el viento fuerte que sopla desde el Lacar y la lluvia inconstante que nos moja un poco. La vista es la mas conocida y quizas de las mas bellas en San Martin de los Andes; Emi y lo chicos aprovechan para sacar fotos. Nos estamos enfriando bastante desde los dos miradores asi que volvemos al vehiculo y nos vamos para el batallon que se encuentra casi a la entrada de San Martin donde Emi queria ver donde habia realizado su servicio militar y nunca habia vuelto a verlo; pasamos lentamente sin detenernos, reconoce los lugares y nos dice que esta igual a cuando habia estado.

Por ese mismo camino seguimos hasta el Lago Lolog a 12 kms de distancia por camino de tierra en subida; desde la altura se puede ver el valle cubierto de arboles y algunas chacras entre las montañas. Pasamos por varios Club de Campo y Barrios Cerrados, se nota que esta es la zona de recreación de alto poder adquisitivo, las casas estan ubicadas en estrategicos puntos en las montañas y con diseños arquitectonicos muy buenos. Llegamos al Lago Lolog y al bajar a la playa de arenilla negra, nos ataca el viento en forma frontal de tal forma que nos tenemos que poner de espaldas para que dejen de llorarnos los ojos. Un par de aves que intentan avanzar solo las vemos planear pero no avanzan, como si estuvieran en una manga de prueba de viento. No tardamos mucho en volver, siempre acompañados de sol, lluvia, sol, lluvia y asi todo el tiempo. Es lo habitual en esta zona.

Damos unas vueltas por el centro al regresar hasta la hora de la cena y decidimos quedarnos un dia mas para ver algunas cosas que aquí verdaderamente valen la pena.