sábado, 29 de marzo de 2008

Dia 10 - Glaciar Perito Moreno

El Glaciar Perito Moreno esta ubicado a 7 kms del Calafate, yendo por una ruta con cerros a izquierda y derecha que, por la hora de la mañana en que estabamos, se veian a la distancia como derramados en diferentes tonos de azul con los reflejos a contraluz del Lago Argentino al pie. Mas adelante, una recta larga conduce hacia el Parque Nacional donde espera el glaciar Perito Moreno. El viento sobre la ruta es fuerte y bambolea de a ratos la camioneta.

Una vez que se entra al parque nacional, la ruta se convierte en un camino de montaña que obliga a aminorar la marcha para ir con un poco mas de precaucion. En varios tramos tenemos que esperar que nos den paso los trabajadores viales que estan mejorando el camino anterioromente de ripio, según nos dijo Charly que habia venido hace tres años. A la derecha, a la altura en la que estamos, se ve extenso y calmo el lago de color verde y después de dar una vuelta, podemos ver el glaciar desde lejos, sobresaliendo en zigzag entre dos montañas. Nos detenemos unos minutos en un mirador y seguimos viaje.

Al rato, saliendo del bosque que envuelve el camino, nos encontramos con un lugar de estacionamiento y espera. Ahí empieza a asomar la superficie del glaciar. Tomamos los abrigos, ordenamos los viveres para el almuerzo posterior, imprescindibles tabletas de chocolate para el frio y bajamos por la rampa de madera donde se pueden apreciar mejor las inmensas paredes de hielo con reflejos azulados que pintan las grietas. El sol esta alto y no hace demasiado frio, el problema es cuando sopla el viento que viene helado desde el glaciar. Unos metros mas abajo desembocamos en el primer mirador del glaciar con un cartel en madera para que los turistas se saquen fotos. A derecha e izquierda se extienden dos senderos que conducen a los miradores apostados en puntos estrategicos. A la derecha, un sendero de madera y cemento que se nota mas antiguo y a la izquierda uno nuevo de piso de metal enrejado y barandas de madera que se nota recien barnizada. El lugar parece estar renovandose constantemente por la explosion del turismo. Muy pocos hablan castellano y los que lo hacen, son mexicanos o españoles. Una babel de idiomas se escucha en todo el camino.

Luego de un rato, nos colgamos a mirar el glaciar desde la altura de la superficie. Es como ver un póster mil veces observado pero en tres dimensiones. Cada tanto se siente un ruido como de algo que se quiebra, en algun momento un estruendo como de un trueno lejano y tenemos la suerte de poder ver un par de bloques que se desprenden desplomandose en el agua de color verde esmeralda del lago Argentino con un ruido impresionante, inclusive teniendo en cuenta la distancia a la que estamos.

Volvemos sobre el camino y nos dirigimos al que se encuentra a la izquierda de la entrada. Este se interna por la vegetación de hojas coloradas que contrastan con el glaciar de fondo, bajando hasta casi la superficie de la base. Para quienes vengan dentro de un tiempo seguramente lo veran en un tramo mas extenso hasta donde termine la obra que aun esta realizandose. Charly y Waly, esperandonos sentados en un descanso hace un rato largo ya que con Emi vamos mas lentos para sacar las fotos correspondientes, reclaman a voz en cuello el almuerzo, uno sanguchitos que habiamos comprado antes de salir. No los trajimos, Quejas airadas del duo tosco. Los contentamos con un par de barras de chocolate y un par de raciones de whisky que ya se acabo totalmente. Motivados mas por el hambre que por el cansancio, emprenden al rato la retirada hacia la camioneta y los sanguchitos. Con Emi nos quedamos sacando fotos y esperando alguna caida de hielo. Es llamativo que la misma gente que no puede esperar cinco minutos en ninguna de sus actividades habituales, pueda quedarse tanto tiempo observando pacientemente una pared de hielo, bellisima por cierto. Los tiempos de la naturaleza parecen ser muy distintos.

Volvemos con Emi a la camioneta y al llegar, como no podia ser de otra forma en nuestro particular periplo, nos enteramos que… estamos son nafta. Bah, en realidad, estamos con la reserva y son 70 kms. Mas que justo. Parece que el viento de costado y la subida forzada del camino hizo que la camioneta gastara mas que lo habitual, asi que volvemos con lo justo. Ya nos vemos caminando por el medio del desierto unos cuantos kilómetros hasta Calafate para conseguir combustible. En realidad, quien hizo todo el desgaste fue Charly, por que los otros tres no pudimos defendernos del solcito que pegaba calentando por las ventanillas, el vaiven de cuna del camino y nos dormimos una buena parte del trayecto que lo haciamos a menos de 80 kms/h para gastar lo menos posible. Nosotros tambien le echamos la culpa al cd de rock sinfonico de Charly.

Finalmente aribamos contando los kilometros al Calafate, festejando con galletitas, papitas y bebidas sin alcohol para todos. Rendidos, nos pegamos un baño, nos vamos a comer nuevamente a “La Lechuza” y nos vamos a dormir tempranito, cansados y felices

viernes, 28 de marzo de 2008

Dia 9 - De Ushuaia a Calafate

Salimos de Ushuaia con un buen desayuno que nos preparó Marquitos, el dueño del hostal, apenas despuntando el sol detrás de los montes. Habia llovido durante la noche, aunque a esta altura nos parece que llueve todos los dias en esta zona. Alguna vez me habian explicado que gracias a las intermitentes lluvias y dias de sol que se suceden alternativamente, existen estos bosques montañosos tan tupidos, asi que no es cuestion para quejarse.

El camino de salida de Ushuaia transcurre entre los arboles que escalan la montaña y mas adelante lagos de un color azul profundo. El sol empezo a asomar por entre los picos de los montes, ocasionando un reflejo de plata en el pavimento mojado bastante molesto para manejar. Y finalmente nos fuimos de Ushuaia.

Luego deviene una sucesion de ruta, desierto, ruta, ripio, frontera Argentina-Chile, cruce en balsa por el estrecho de Magallanes con la suerte que justo al llegar estaba la balsa cargada esperando. Subimos nosotros, después llegan dos o tres vehiculos mas y partimos a la otra orilla. En el medio del estrecho pudimos ver lo que nos parecio una orca chiquita siguiendo la lancha. Obviamente, Emi saco una foto del lomo asomando por entre la espuma que dejaba detrás la embarcación antes que se perdiera en cuestion de segundos tan fugazmente como habia aparecido.

Luego ruta, aduanas y mas ruta, desierto, ruta, meseta, mate con galletitas, ruta, rutina de viaje. Llegamos a Rio Gallegos y doblamos hacia la izquierda para tomar el camino hacia el Calafate. Unas dos horas mas tarde, empezamos a descender del macizo por una pendiente en zigzag. Al doblar una curva hay un parador donde se observa un valle tapizado de verde. Paramos un minuto para sacarnos una foto y volvemos tiritando de frio, el viento nos pega fuerte a esa altura y se siente; entramos rapidamente al reparo de la camioneta. Seguimos bajando un rato largo y finalmente entramos a Calafate.

Que es una especie de Carilo pero de las montañas. Creo que la mayoria de la gente que nos cruzamos no habla español, muchisimo turismo internacional y todo preparado para eso. Los lugares son muy agradables y calidos. Pero muy caros, tambien. Finalizamos el dia, después de un merecido buen baño para cambiarnos el aspecto de ruta, yendo a comer a “La Lechuza”, uno de los tantos lugares que aquí son construidos y ambientados en madera rustica y elementos de diseño antiguo que son casi como un sello de la zona. Al volver se siente el frio del sur y mucho, lo suficiente como para volver rapidito e irse a dormir para reponer las energias que se nos fueron en el viaje de hoy.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Dia 8 - Los senderos del bosque

Lo bueno de salir sin un tour o un guia es que el momento de despertarse se realiza en forma natural, siempre hay uno que se levanta primero, hace un poco de ruido y de a poco los otros lo vamos siguiendo.

Para el dia de hoy nos habian recomendado ir a la Laguna Esmeralda, una hora y media de caminata desde la base hasta el lago que esta entre las montañas. Llegamos con la camioneta a la cabaña del Gato, un cuidador de perros siberianos que se encuentran detrás del edificio construido en madera de la entrada y nos fuimos muy contentos por un sendero que esta señalizado con diferentes marcas de colores. El paisaje del bosque es un festival para los fotografos, a cada paso se encuentran motivos de tomas, son todas como para ampliar y presentar en concursos. La dificultad se puede encontrar en escoger la exposición correcta porque el sol filtrandose entre los arboles produce un contraste intenso.

Luego de un tramo de caminata entre los arboles y el piso humedo, salimos por un portal hacia el turbal. Es una especie de manto verde sobre la tierra ondulada, con algunas protuberancias como de alfombra que se extiende en un claro amplio del bosque que baja hasta el pie de las montañas. La noche anterior habia nevado un poco en los picos y llovido en la tierra mas baja, por lo que la turba se convierte en una especie de esponja empapada que al pisar produce una sensación de caminata lunar pero con el suplemento de mojar los pies al irrigar el agua que contiene. A la derecha se extiende un pequeño rìo que empezamos a bordear en la subida. En un momento y sin saber de donde saliò, aparece un perro marca callejero que nos empieza a guiar. Increíble. Va adelante del que va a la cabeza del grupo y hasta nos espera si se adelanta demasiado y no podemos seguirlo. Incluso se sienta con nosotros si paramos un rato. Después nos explican que ese es el trabajo que se encontró el animalito, lleva a la gente por el camino de la laguna y después se queda esperando algo para comer.

Seguimos a nuestro amiguito de cuatro patas hasta mas arriba (cualquier camino en esta zona va hacia "mas arriba") y saltando entre las piedras para no seguir embarrandonos, luego de una pendiente de turba y barro, aparece la laguna Esmeralda entre las montañas. El color es el verde mas extraño que he visto en mi vida para un lago. El esmeralda que le da el nombre se esparce por toda la superficie tornasolando sus tonos de acuerdo al reflejo del sol que aparece de a ratos. Tomamos por la margen izquierda caminando sobre las piedritas y llegamos a dar la vuelta, no sin dificultad por que el lado contrario a la entrada no tiene camino y tenemos que caminar sobre troncos y arboles caidos. Pero vale la pena, como casi todo lo que se nos ocurre hacer hasta ahora.

Luego de un rato de compartir la petaca sentados en unos troncos debajo de la foresta, pegamos la vuelta y como no ligó nada de comida por que no llevabamos, el perro se va con otros turistas con los que nos cruzamos y nos abandona a nuestra propia suerte. Volvemos por el camino o lo que nosotros creemos que es el mismo camino.

Resultó que no lo era. Después de caminar un rato largo, nos miramos los cuatro y alguno dice “me parece que nos perdimos”. Suena algo absurdo perderse en una turba donde se puede ver una persona caminando a 1000 metros pero en ese preciso momento y por toda la tarde, no pasa nadie como para adivinar el camino. Siguiendo el instinto citadino de un porteño en medio de la naturaleza, nos dirigimos a la derecha cruzando el turbal. Seguimos el rio pequeño por el que veniamos. Y nada. Cruzamos absolutamente todo el turbal llegando a la otra punta y tampoco. En algunos tramos, la turba es alta, los pies se hunden, se humedecen y el esfuerzo es doble.

Ya estamos al borde del bosque y sentimos ruido de autos pasando por la ruta; decidimos cruzarlo para llegar a algun tramo del asfalto y retomar el camino pero por afuera. A los diez minutos de internarnos, perdemos todo punto de referencia y nos parece que estamos dando vueltas en circulos. Ahora seguimos perdidos, pero en el bosque. La sensación después de 40 minutos y sin ver una salida, es inquietante. Estar desorientado y sin saber por donde salir se vuelve algo quizas asfixiante. La consigna es encontrar la salida al turbal nuevamente y desde ahí decidir. Nos reunimos escoltados por un monton de arboles que se ven todos iguales y decidimos volver por donde venimos. Coordinadamente partimos los cuatro... hacia cuatro lugares diferentes. De alguna forma empezamos a caminar todos juntos para el mismo lado y cuarenta y cinco minutos después encontramos la salida. Al turbal. Ahora solo resta encontrar el camino en esa extensa llanura ondulada.

Ya que tenemos señal de celular, llamamos al numero del volantito que nos dieron en la entrada y nos dicen que por la descripcion que damos, nos desviamos muchisimo del camino, que vayamos hacia la antena que vemos a la izquierda sobresaliendo la copa de los arboles, cruzando todo el turbal que ya recorrimos para salir directamente a la ruta. Luego de media hora de caminata... perdemos de vista la antena. Luego de varias desinteligencias tacticas y por pura casualidad, tratando de no mojarnos los pies cruzando el rio, vamos hacia un precario puentecito de madera realizado con troncos viejos y encontramos un senderito! No es el original pero es mejor que seguir a ciegas. Un rato después, la patrulla perdida encuentra la senda demarcada! Pasamos algo mas de dos horas perdidos y para un trayecto que se hace habitualmente en una hora y media para ir y otro tanto para volver, lo terminamos en siete horas. Llegamos de mañana y volvemos de tardecita. Nos sentamos en la camioneta extenuados y casi sin hablar del cansancio. Pero contentos. Siguen saliendo las cosas mejor de lo planeado. Cuantas macanas más podremos hacer en los dias que nos quedan?

Mañana nos levantaremos tempranito, la idea es pegar el salto desde Ushuaia, hacer el cruce de fronteras, pasar por Rio Gallegos y dormir directamente en El Calafate. Esta noche es la despedida de esta ciudad que nos dio las mejores experiencias no planificadas que pudimos tener. Nadie puede negarse a venir hasta aca, es un regalo para llevarse toda la vida dentro.

Dia 7 - Contrastes


Hoy el trayecto proyectado era llegar a Bahia Lapataia, un recorrido que se puede hacer en la camioneta por un camino de mejorado bastante accesible. Por lo que pudimos levantarnos un poco mas tarde para desayunar tranquilos y abrigados por el solcito que entra por la ventana y nos abriga la espalda.

Salimos notando que las nubes estan sobre el mismo glaciar donde estuvimos sentados ayer. El tiempo nos acompaña de una forma estupenda; si hoy hubieramos querido subir al glaciar estariamos en medio de la nube y no podriamos ver ni siquiera nuestros pies congelados por el agua.

Arrancamos con la camioneta el camino y al rato entramos al Parque Nacional Tierra del Fuego luego de pasar por el costado a la estacion del tren del fin del mundo, apto para precios de turistas casi exclusivamente, transitando un camino que gira a izquierda y derecha alternativamente entre los arboles y nos ofrece contrastes de sombras y luces con el sol que se oculta y asoma alternativamente. Emiliano aprovecha en todo momento para sacar fotos. Es que a cada vuelta del camino las montañas y pequeños valles es un festival de fotos.

Llegamos al final y tenemos que bajar, aca termina la ruta 3 como indica el cartel y algo da vueltas entre los cuatro que planeamos hace un poco mas de cuatro meses este viaje. No es que venimos en un avion y bajamos aca nomas. Hace casi una semana que compartimos un espacio pequeño, devorando la ruta, conviviendo 24 horas, durmiendo alternativamente en viaje y haciendonos el aguante. Kilometro 3063 y de aca todo lo que queda es pegar la vuelta. Seguir adelante, de ser posible, es dar la vuelta para desembocar del otro lado. Desde donde se mirae es terminar para comenzar de vuelta.

Un sendero de madera nos guia para una vuelta de turista, sacamos algunas fotos con Emi, esas cosas de “turi” que se precie. Al costado del camino hay un letrero que nos indica unos 2 kms desembocando en la Bahia Lapataia pero mas al fondo y hacia alla vamos.

Lo primero que notamos es el piso de turba. Es como caminar sobre una alfombra mullida de las mejores. No solo la turba nos brinda amortiguación, tambien la tierra humeda es como acolchonada, un placer extraño y terriblemente agradable. Mas adelante atravesamos distintos tonos de verdes que nos brinda la vegetación humeda. A los metros nos encontramos con un bosquecito de yungas de un gris plomizo contrastante con el que veniamos viendo metros atrás. Seguimos caminando y en una especie de laguna negra vemos los restos de una castorera abandonada. Por un lado o por el otro nos entretenemos tratando de acercarnos a algunas liebres que se esconden tan rapidamente como aparecen, entre la parte baja de los matorrales.

Luego de una senda de unos veinte minutos, desembocamos en la parte mas alejada de la Bahia Lapataia. Un lago con algunos patos nadando distraidamente y las rocas al borde del agua transparente que deja ver el fondo. Se escucha el ruido del agua subiendo alternativamente sobre las piedras de la costa que dibuja una elipse de derecha a izquierda, sentado en una piedra al borde, dejo transcurrir el tiempo con los ojos cerrados. Parar el mundo por una milesima de segundo, el camino del guerrero. Hay veces que asoman algunos lugares propios que nunca se visitaron, pero que se reconocen en la conciencia.

Eso es sin duda una entrada, dice Emi señalando el espacio entre un par de pequeñas islas al frente del lago, refiriendose quizas a la bahia y su caracteristica. Si, quizas lo es. En mas de un sentido.

Volvemos para comer algo antes de salir al destino turistico emblematico de la zona. La carcel del fin del mundo, esa misma donde estuvieron personajes tan dispares de nuestra historia como Santos Rodino, el petiso orejudo, hasta Ricardo Rojas (si, ese del centro cultural, rector de la Universidad de Buenos Aires). Luego de traspasar la entrada principal, esta el museo maritimo. Aca es donde Waly se siente como si lo hubiesen dejado jugar en el mejor de los mundos. Maquetas de barcos, historias de marineros y flotas, mapas, instrumental marino antiguo, todo como para que se sienta feliz.

Mas adelante empezamos a adentrarnos en otra dimension. La historia del penal conocido como el del fin del mundo. Calculen lo que puede ser a principios de siglo ser enviado a un sitio donde no existe mas pueblo que unas 40 casas, la mayor parte del tiempo bajo metros de nieve, encerrados en celdas que no miden mas de dos metros por un metro y medio, una pequeña ventana enrejada que no excede de los 30 por 40 cms y con temperaturas de freezer. Mas alla de cada historia particular imaginada, no debe haber sido facil saber del destino encomendado sin quebrarse. A poco de entrar me llama la atención el gesto de la gente que camina sin esperar la guia. Los gestos son adustos, serios, con un peso no despojado de historia.

El recorrido no es facil si uno empieza a mirar las fotos, las historias, las caligrafias de las cartas enviadas a familiares en un norte tan lejano como la ilusion de escapar hacia algun lado con esperanza de sobrevivir. Las celdas, las muestras de grilletes, los trajes, los utensilios y mobiliarios, nos acercan a una realidad que desde nuestro lugar es inhumana. Parte de la historia de nuestra sociedad y sus organizaciones sociales se nos vuelcan y atropellan en una tarde de recorrido. La duchas del pabellón viejo, las letrinas en semicírculo, las increíbles puertas de madera maciza, todo contribuye a crear un clima de opresión que contrasta salvajemente con la paz y calma del recorrido paradisiaco de la mañana en Bahia Lapataia. La diferencia es abrumadora y provoca dolor de cabeza.

La salida es una bocanada de aire helado. Mas terrenalmente, pensamos en buscar facturas para el mate de la tarde. Mas tarde una cena en la pizzería recomendada por Marcos y fin del dia en el bar “Dublín” junto a un R2D2 de tamaño natural y unas Guinnes exquisitas para completar la jornada. A la vuelta, vemos en la tele unos cacerolazos mientras partimos unas tabletas de chocolate acompañadas de un buen scotch. La realidad nos atropella inevitablemente.

martes, 25 de marzo de 2008

Dia 6 - Comienza el Tosco Tour en Ushuaia

Hoy teniamos programado un viaje en velero que nos habia ofrecido Marcos, el dueño del Hostel donde estamos parando. Después de un desayuno con medialunas y palmeritas, con el sol pegando en la espalda que entraba por la ventana, salimos un tanto apurados con Emiliano a la busqueda de Charly y Waly que se habian adelantado para tratar de llegar a horario al barco. Un tratamiento especial debemos tener para Emiliano, quien detenta un ritmo matutino que difiere un tanto del que desarrollan los demás mortales. Su parsimonia en las ceremonias del despertar no son para cualquier organización inflexible del temperamento de todos los integrantes.

Apenas salimos, a la derecha vemos un arcoiris que nacia en las montañas hasta por detrás del puerto, provocado por las lluvias soleadas que aca ya nos empiezan a parecer algo habitual.

Minutos mas tarde y casi sobre la hora, llegamos al puerto donde vamos a zarpar. El viento es muy fuerte. Bastante. Ya se podia sentir desde tierra a la salida del hostel; al borde del agua se siente un poco mas. Embarcamos en el velero transportados en una pequeña lancha que nos acerca hasta el lugar donde esta fondeado, con nuestro capitan que va parado sobre la embarcación como yo voy parado sin agarrarme del pasamanos del subte C cuando encara la estacion Av de Mayo. Cada uno domina su espacio, claro.

A poco de partir, podemos ver la ciudad de Ushuaia desde el barco iluminada por el sol entre las nubes que filtran rayos, recordandome inmediatamente a Tippi Hedren cruzando hacia Bodega Bay en “Los Pajaros” de Hitchcock antes que las primeras bandadas de gaviotas atacaran. El viaje en barco es hermoso a pesar del frio y el viento que ya no molesta. Creo que ya nos vamos acostumbrando de a poco. Aprovechamos para sacar fotos, caminar un poco por la quilla agarrados a los cables asegurados al mastil y ver la ciudad desde la bahia. Un cuadro.

En un momento empezamos a sentir al velero que se inclina hacia babor. El timonel nos pide que nos ubiquemos del otro lado y seguimos maravillados el paisaje. Apuntando a la proa vemos nubes bajas y oscuras. Empiezan a soplar ráfagas intermitentes pero algo inquietantes. El oleaje lo vemos como un poco mas nervioso. Luego nos enteraremos durante la vuelta, entre el oleaje y el viento, que se denominan “corderitos” a los penachos de espuma que empiezan a asomar sobre la superficie del agua en mayor cantidad y velocidad. Suponemos confiados que es una condicion habitual de la zona. El velero extiende la vela frontal, gira y se ubica al lado contrario. Estamos virando en 180º.

El tripulante nos avisa que nos ubiquemos detrás, que en el lugar donde estamos nos vamos a mojar un poco por el viento que se levanto. Y el barco se inclina. Bastante. Vamos hacia atrás y ya el viento es importante. No solo eso, empieza a inclinar el velero en un angulo que Waly vio en el instrumental llegaba a 40º. Es como viajar parado en el tobogán magico pero borracho. Nos dicen que se esta levantando temporal y volvemos, los vientos son de 40 nudos aproximadamente (72 kms/h) y que debemos volver por seguridad. Le indican al barco que se cierra la navegación y que volvamos. Quizas es habitual en estos lugares este tipo de eventos pero no para nosotros, claro. La vuelta fue ardua, movida y emocionante. Un rato largo hasta entrar en puerto donde el barco se inclinaba, nos mojaba, nos zarandeba de lo lindo, todos agarrados y soportando el agua helada que pegaba a babor y nos empapaba. Entre el agua que se enfervorizo con mis pantalones y el viento entusiasmado, juro que por un rato no senti las piernas. Lo juro.

Llegamos algo mojados pero felices. Si lo hubiesemos querido hacer a proposito, no nos sale nunca. Fue un rato interesante, algo que se acerco a una hora con rafagas de viento helado pegando de costado, no es algo que se olvide fácilmente. Pedimos otra vuelta de esas pero cerraron el puerto y nos tuvimos que volver a casa. Emiliano, que estaba inclinado del lado que pegaba el viento-agua sacando fotos y yo que quede cerca del mismo lado, llegamos al hostel y nos pegamos un estupendo baño reparador con agua caliente para volver a ser nosotros mismos.

Como el Tosco Tour no se detiene y no somos de dar el brazo a torcer a la naturaleza asi nomas, a la tarde planificamos otra actividad.

A espaldas de la bahia se erigen varias montañas, una de las cuales se llama Monte Martial, el que posee un pequeño glaciar donde se puede observar su blanco contrastante con la roca. Y hacia alla vamos después de almorzar unos buenos sandwiches.

Nota importante: compramos un buen scotch (Ballantines) que forma parte del equipaje que llevo de ahora en mas en la mochila de exploracion.

Llegamos a la base y empezamos a ascender a pie entre la vegetación de selva montañosa y un rio de deshielo que proviene del glaciar adonde nos dirigimos. No voy a decir que es harto dificultoso pero tampoco es tan facil; se siente un poco, la verdad. Tenemos de fondo un constante sonar de agua corriendo por entre las piedras, algo parecido a esas fuentes de agua reiki pero de tamaño natural. Existe una aerosilla para subir pero es mas lindo definitivamente de esta forma.

Al llegar al fin del recorrido de la aerosilla, el glaciar se puede observar como ahí nomas. Estamos muy cerca, como no seguir mas adelante?. Ni se pregunta, vamos todos decididos por el sendero que asciende entre piedras y por algunos tramos, algo de musgo. El esfuerzo es suficiente para sacarnos el aire por trechos. O estamos muy fuera de estado o muy alto. En ciertos pasajes subir nos deja sin piernas y el centro de gravedad se desplaza de tal forma que quedamos cerca del piso. Faltan 200 metros, nos dice Charly, pero no son dos cuadras en casa. Esta tan cerca que es imposible vencer la tentacion de ir al tocar el hielo. Seguimos ascendiendo y el camino de tierra y rocas pequeñas se transforma en solo rocas. Ya el hielo esta ahí, lo podemos ver casi ahí nomas, seguimos por pura voluntad y ganas de llegar adonde dijimos que ibamos a estar.

Ya la ascensión es por la roca que nos trae agua helada del deshielo del glaciar. Vemos bajar algunos turistas pertrechados con equipos y nosotros con zapatillas de calle o borcegos de Alto Palermo y ganas. Y finalmente llegamos agarrandonos de las piedras, ayudandonos en nuestra torpeza de citadinos pero ahí estamos. Abrimos la petaca y brindamos con scotch por el paisaje que podemos ver desde ahí arriba. Increíble. Con Waly vemos descender un avion en la pista y estamos mucho mas arriba que el aparato. Vale la pena sin duda.

Dicen que la bajada es mas difícil que la subida. Y es cierto. Totalmente. Como neofitos que somos, subimos sin seguir un rastro cierto donde pisamos ni el camino que tomamos. Y al bajar ni siquiera lo reconocemos, asi que se convierte en una empresa tan dificultosa como subir. Nos adelantamos con Waly en la bajada. A veces lo sigo, a veces me sigue. Emi y Charly se ponen a jugar un rato en el hielo y se quedan algo retrasados. Luego de algo cercano a una hora gastando las piernas bajando, llegamos a la base. Al rato llega Charly con una de las caras de cansado mas intensas que le pude ver. Y felicidad, claro, como un chico que le dieron todos los gustos. Unos cuantos metros mas atrás, Emiliano sacando fotos. Lo unico que pedimos es que nos abra la camioneta.

A la noche, Waly y yo festejamos con pastas y vino. Charly y Emi con empanadas. Estupendo comienzo en Ushuaia, algo mas no podriamos haber pedido.

lunes, 24 de marzo de 2008

Dia 5 - Ushuaia!

A partir de ahora està el frío, si señor, el split esta puesto y no parece tener signos de que se va a apagar. Salimos bien tempranito de Rio Gallegos para alcanzar la balsa que nos va a cruzar del otro lado del Estrecho de Magallanes. Charly contento por que el madrugon para ver a Raikonen exitoso valiò la pena.

En el medio del desierto experimento la sensación del cuento de Borges “Los Dos Laberintos”, es tan inútil tratar de escapar el laberinto mas complejo realizado con el esquema mas enloquecido, como sobrevivir al laberinto sin barreras de la estepa que no se acaba nunca.

Con Emi tenemos el mismo pensamiento mirando por la ventanilla. Este es el clima y las condiciones que se encontraron los chicos en el 82? Una cosa es leerlo en lo diarios y noticias en ese momento o después en las imágenes de la tele. Otra cosa es estar aca y saber que esto es harto difícil para el que no es de la zona. Tambien difícil se me hace pensar en tribus indígenas que habitaran por estos lados y sin embargo estaban. Reflexiones de porteño. En mi mente se cruzan permanentemente imágenes de mi ciudad en contraposición brutal a lo que observo ahí afuera.

Una sucesion de colinas en la eterna linea recta que dura dias y dias de paisaje, me hace imaginar una colonia petrificada de colosales boas cubiertas con una alfombra verde digiriendo un elefante dentro como la que el aviador regalò al Principito.

Paso fronterizo argentino. Para quienes no lo saben (ignorantes entre los cuales estaba yo antes de este viaje) para ir de Rio Gallegos a Tierra del Fuego se cruza obligatoriamene tierra chilena. El paso por el estrecho de Magallanes pertenece a Chile. Por lo que debemos hacer una doble salida y entrada hasta el otro lado. Aduana Argentina y Chilena y aduana Chilena y Argentina para ir al otro lado.

Antes de abandonar Argentina por un rato, Emiliano encuentra su Nahual magico en la frontera; un zorro amigable casi como una mascota que se acerco y hasta se dejo sacar algunas fotos.
Kilómetros mas adelante, la balsa para cruzar el Estrecho. Como una nave de desembarco, se acerca abriendo su boca de metal donde pasan tres o cuatro autos rueda a rueda y subimos. Y en el medio del canal sobre el oleja tranquilo, sentimos el frio mas duro de lo que va del viaje. Descendemos del otro lado y a los pocos kilómetros nos espera un extenso camino de ripio que serpentea hacia arriba y abajo, escoltado por diferentes tonos en verde que se desarrollan cambiantes cayendo por las colinas desconlgandose desde el gris tormenta casi permanente del cielo. Unas pocas tranqueras enmarcan las figuras de algunos guanacos que ni siquiera nos miran pasar y ovejas que pastan a lo lejos.

Casi dos horas de ripio mas tarde, llegamos nuevamente a la frontera. De vuelta en argentina (suena casi ridiculo para quien vio esta parte del pais en un mapa de clegio toda su vida, pero es asi) unos metros mas adelante, paramos para almorzar en un puesto del ACA que parece salido de un recuerdo guardado en algun rincón de mi memoria de cuando tenia 6 años y veniamos de Corrientes con mis padres en nuestro Fiat 1500 y parabamos en las estaciones para recarga y estirar un poco las piernas. Una recepcion calida con sillones de cuero marron rodeando una mesita ratona cuya base es una vertebra gigantesca, suponemos que de una ballena o algo asi. Al fondo un comedor amplio donde nos sirven muy amablemente un plato unico pero estupendo.

Ya cerca del Lago Tolhuin nos encontramos con lo que asociamos inmediatamente con Sleepy Hollow, unos arboles de crecimiento retorcido y tejidos colgantes de algo verde que se desprende de las ramas con aspecto de estar secas, lo que le da una apariencia de figuras siniestras que se burlan de los pasajeros. Hasta el color del cielo contribuye a la escena. A la noche suponemos que debe andar el jinete sin cabeza.

La entrada a Ushuaia, desde el Lago Tulhuin en adelante empieza a transformarse en esos paisajes de montaña estupendos, subiendo y bajando de la montaña en la ruta enclavada en la ladera, apunando los oidos como si estuviera ascendiendo y descendiendo de un avion enloquecido. El paisaje esta al borde casi sin margen de la ruta, ahí nomas, como para tocarlo. Nos recibe la lluvia, como al comienzo del viaje; me acuerdo de lo que dijeron, que lluvia en viaje es quizas una bendicion y lo que estamos viendo lo confirma. Cruzamos el kilometro 3.000 y hay aplausos y vitores. Que viaje que nos hicimos! No lo podemos creer. Y lo que aun nos falta, todavía.

Ushuaia nos trajo un albergue con un dueño que es uno de esos tipos que se brindan de entrada y no hay forma de no crear familiaridad. Ya de entrada nos dice “esta es mi casa” abriendo un brazo como quien franquea una puerta y logra que nos sintamos un poco en casa después de tener cuatro dias a la camioneta como albergue diario. Salimos a comer y Waly junto con Charly sucumben al cordero patagonico a la estaca. Con Emi nos dedicamos un poco mas sutilmente a las ensaladas para estar un poco mas livianitos.

Mañana nos levantamos cerca de las 8:30, ese es el plan y nos parece que es como tarde después de unos cuantos dias de madrugones. Mañana empezamos las actividades por la zona. Va a estar bueno.

sábado, 22 de marzo de 2008

Dia 4 - El desierto y Rio Gallegos

El viaje de a poco se empieza a sentir. En los riñones, mas exactamente. Los mates de Emiliano, que se ocupa de la tarea de conseguir agua caliente en cada parada y cebarlo dentro de la camioneta, ayudan a crear un clima casi de hogar. La perfecta organizacion del mapa de ruta y lugar de estadia prevista por Waly nos hace sentir tan seguros como si fueramos en el auto con el mismo Indiana Jones. La seguridad de manejo de Charly no nos hace dudar en ningun momento de la tranquilidad de la segura llegada. Pero los riñones empiezan a chillar un poco cuando bajamos a la tardecita en cada etapa y nos tiramos en los colchoncitos soñados.

Salidos de Comodoro Rivadavia, esa especie de Massada del sur, una ciudad rodeando una mestea en su centro que produce calles inclinadas para perder el aire, ya se ven los primeros acantilados por entre las sierras que se cruzan en el camino, cayendo finalmente a pique dentro del mar como cuchillas. Este tramo hasta Caleta Olivia es al borde del oceano, se ve en todo el recorrido en forma permanente. Parece una tela pintada al oleo con reflejos de colores que van desde el marfil de la espuma, al plata cegador del reflejo solar sobre el agua, hasta el verde irlandes del musgo que sobresale de las rocas.

En un tramo miro hacia mi derecha y veo pasar una bandada de pajaros luchando contra el viento. Miro a Emi que me señala lo mismo, levantando las cejas y cabeceando hacia arriba en señal de gusto aprobatorio. Aves a la diestra, buena señal, diria el Cid Campeador

En la ruta empezamos a ver los primeros picudos, como los definio Charly. Esas torres de bombeo que uno espera ver en el desierto entre matorrales para saber que definitivamente està acà. Es como ir a Disney y no ver a Mickey Mouse, claro. Y mas tarde, el desierto, extenso, plano, vasto, recto, llano.

Km 2102, a la derecha, un lugar con un letrero de madera en el frente con una inscripcion pintada que dice "La Cabaña". Una construccion de madera tres o cuatro veces mas ancha que profunda en el medio de la nada, entre paredes de piedra y tierra producidas por las elevaciones de tierra naturales, con dos camiones Bedford cubiertos de tierra tirados al descuido en el frente. Uno de esos sitios perfectos para que Win Wenders nos cuente que pasò finalmente con aquella chica de Paris-Texas. Y su hijo.

La sensacion ahora es, verdaderamente, la de estar lejos de todo, es como no volver jamas, como demasiado lugar, un exceso de distancia, acostumbrado como estoy a otro mundo donde las cosas, los objetos, los lugares, nos invaden. Y terminos como meseta patagonica, que destestaba estudiar en el manual Kapeluz en el colegio, se me vienen de pronto a la mente, en un "dejà vù" incontinente. Creo que mi maestra estarìa muy contenta en este momento

Cayendo la tarde llegamos a Rio Gallegos y empezo el frio. Esta noche nos toca la carrera de Malasia en la tele, Emi nos prometiò mate para acompañarnos. Mañana ya nos vamos a Ushuaia.

viernes, 21 de marzo de 2008

Dia 3 - Ahora hasta Comodoro Rivadavia!

Esta vez no hubo indicacion ninguna para levantarse. Muy responsablemente, como buenos alumnos, nos fuimos levantando de a poco cerca de las 7 de la mañana, apenas empezaba a despuntar el sol sobre la bahia. Bajamos a desayunar y salimos ya para recorrer un poco la zona antes de salir a la ruta definitivamente. Enfilamos para el sur con la camioneta por un camino de tierra-arena en busca de algunas tortugas que Charly nos habia prometido mostrarnos por la zona.

Tortugas, ninguna. Pero lo que si encontramos fuè, ademas del color profundamente azul del mar, un viento de una intensidad tal como para probar el diseño aerodinamico de la Ferrari de Raikonnen. Ingenuamente, nos acercamos a la orilla pensando que la arena humeda no levantaba vuelo. Quedamos hechos una pinturita con la ecologica exfoliacion de piel que nos regaló la naturaleza y el gordo cara de nube que sopla desde ahí nomas sentado en la punta de la peninsula. Ahí no es donde dobla el viento. Es donde nace el viento. Era como estar detras de la boca de las turbinas del Jumbus Airbus.

Vuelta a la ruta y al mate con bizcochos. Una vez que pasamos Pto Madryn y mas tarde Trelew, nos encontramos con el desierto. Pero no el desierto asi nomas. La representación mas absoluta que pude sentir del concepto desierto como la nada mas anodina, monotona y carente de algo que pueda llamar de alguna forma la atencion. Creo que transitamos durante unos 50 minutos la recta mas larga posible que se haya hecho alguna vez hasta que encontramos con… una curva!! Amplia, extensa y de no más de 15º, pero algo que fuera una alteración de algun tipo a esa linea negra sobre la que veniamos.

No es mucho lo que se puede contar en este tramo, salvo que nos turnabamos para dormitar, excepto el conductor que no queria por nada del mundo largar el volante. Llegando la tarde, cayendo el sol, con esa luz anaranjada tipica sobre los primeros cerros, nos encontramos con Comodoro Rivadavia y los primeros frios patagonicos. La ciudad al borde el mar, calles inclinadas y muy amplias. Obviamente, espacio aca es lo que sobra y no es necesario angostar en vano el espacio para el transito. Ahora hay que empezar a sacar algunos abrigos, bañarse y salir a comer.

Mañana salimos hacia Rio Gallegos, la anteultima etapa antes de llegar a Ushuaia. El sur mas sur del planeta.

Dia 2 - Las Grutas

Temprano, muy temprano, tal como lo prometiò, a las 6:30 de la madrugada y sin asomar el sol por entre las nubes que todavía duraban sobre Azul, el sargento Waly procedio al toque de diana y al compas del repique incesante del “buendiabuendiatodosarriba”, procedimos como buenos chicos obedientes que somos, al aseo matinal y a desayunar como corresponde para comenzar el dia de viaje.

Esta es la etapa quizas mas pesada a la que habiamos optado realizarla de entrada, o sea, tratar de recorrer la mayor cantidad de kilómetros a luz del dia, parando para almorzar y cuando nos agarrara la noche ya tener lugar donde dormir y comer, tratando de llegar a Ushuaia para el domingo y de ahí empezar a recorrer tranquilamente y sin apuro para el lugar donde se puede, o sea, hacia ariba del mapa por que mas abajo esta la Antartida.

Ya la tormenta se habia ido pero todavía estaba un poquito fresco a la hora de salida. 7:30 AM. Cargamos nafta al movil y salimos. La ruta estaba mas tranquila y notamos menos cantidad de camiones que el dia anterior. En el transcurso de varias horas de recorrido en ruta, empezamos a descubrir pueblos que jamas habiamos oido nombrar, tales como “El Perdido”, “Gil”, “Gorsch”, “Chillar” (para el cual imaginamos un cartel publicitario que dijera “Señora! Venga a Chillar este fin de semana!”) y hasta un paso de agua que se llamaba extrañamente “Arroyo Pescado Castigado”. Todavía estamos tratando de imaginar el motivo por el cual lo bautizaron de esa forma

Una de las primeras cosas que uno se da cuenta que està a varios kilometros fuera de la capital es el ritmo. Todo se desarolla con una calma que para los habituados a las grandes ciudades, puede llegar a enervarlo muy fácilmente si no es conciente de que esta de vacaciones y empieza a disfrutar todo de otra forma. Pasado el mediodia, ya el hambre empezo a atacarnos de una forma bastan agresiva, por lo que divisando una parrillita al costado del camino paramos. Lo que en el pensamiento tipico del porteo lo lleva a pensar en parar una hora y salimos de vuelta, nos llevò algo asi como dos horas… con calma, claro

Frio? No, todavía no, lejos estamos del frio del otoño patagonico. Mas exactamente, hoy pasamos un caloron importante en el viaje

Ya promediando la tarde, el primer pequeño premio lo tuvimos al acercarnos a San Antonio Oeste y poder divisar a lo lejos el reglao del mar azul profundo desde la negra recta larga en la que estabamos. Ahí creo que empezamos a estar verdaderamente de vacaciones. La Grutas esta a unos seis kilómetros de San Antonio y es una ciudad que se nota tanto en las construcciones, las calles, los negocios, que esta creciendo como un polo turistico alternativo para las poblaciones del sur. Solo fue llegar, dejar las cosas y salir corriendo a la playa. Que en este caso es una sucesion de piedras culminando en una pequeña lonja de arena que nos acerca al agua, bajando por unas escaleras que bordean un acantilado repleto de huecos que conforman las impresionantes grutas.

Charly, Waly y Emi se metieron inmediatamente al agua. Quien eso escribe apenas remojo los pies. Suficiente.

No llego a pasar mas de media hora, que el agua empezo a subir rapidamente, de una forma que nunca habia visto. En un momento esta allá y al siguiente golpeando contra las primeras rocas, por lo que aprovechamos, humedos y frescos como estaban los otros tres, para chusmear un poco mas de cerca las grutas antes de subir nuevamente. Incluso pudimos aprovechar la luna llena saliendo del mar mientras seguia oscureciendo para sacar unas buenas fotos del conjunto

Quedò volver, bañarse, acomodar algunas cosas, salir a recorrer un poco la peatonal y comer unas obvias pizzas con cerveza. Con las excusa de acompañarme a tomar un cafè irlandes en un buen bolichin que se llama “2º Elemento” (el agua), aprovecharon para pedirse una segunda pizza cuatro quesos, que fue elogiada ampliamene.

Mañana salimos para Comodoro Rivadavia pro esta vez no tan temprano, calculando que tenemos algo menos de 150 kilometros menos de recorrido que el que hicimos en el dia de hoy.

Dia 1 y ya en la ruta

Salir de Buenos Aires no es tan facil y tratandose de vispera de feriado largo se vuelve algo mas complicado aun. En resumen, podemos decir que la primera hora la pasamos viajando a 10 kms/h en autopista. Pero la verdad que no es una queja ni mucho menos, ya estabamos arriba de la camioneta empezando a disfrutar del viaje aunque sea a paso de hombre. Puse el budita al lado de la palanca de cambios, un disco de los Blues Brothers para empezar la selección musical viajera y salimos con un apretón de manos colectivo

Una de las primeras impresiones que tuvimos fue la cantidad de peajes que tuvimos que atravesar y por supuesto, pagar las correspondientes tarifas. De seguir asi, en poco tiempo ibamos a tener que pegar la vuelta por falta de fondos!

Después de unos muy agradables quilometros ya en plena ruta y a campo abierto, empezamos a ver lucecitas a lo lejos como de tubos fluorescentes que no pueden arrancar. Si, era la tormenta nomas que se nos venia encima. Después de un par de minutos empezaron a caer las primeras gotas, que al cabo de un rato se convirtio en un aguacero importante. Por suerte, la tranquilidad y pericia en el manejo de Charly llevo la tranquilidad absoluta a los otros tres. En realidad, a los otros dos, ya que Waly nos abandono en busca del sueño mas profundo que venia prometiendo desde que salimos

En cierto momento, la lluvia iluminada por los faros delanteras, la ruta negra demarcada por las lineas blancas fosforescentes, el viento arremetiendo de costado y “Brothers In Arms” de Dire Straits que sonaba en el auto en ese instante, nos regalaron esas imágenes que parecen sacadas de un video o de una película de Jarmusch. Son esas cosas que empieza a regalarnos el viaje

Ya llegando a Azul empezo a disminuir la lluvia hasta volverse inexistente. Llegamos al hotel, nos reportamos, nos fuimos a comer en esos paradores de ruta y ya estamos listos para dormir. En realidad, estan todos durmiendo menos yo que estoy escribiendo esto. Waly ya nos prometio levantarnos mañana a las 6 de la madrugada –si, a esa hora, a las seis de la mañana- para desayunar tempranito y salir para la siguiente parada. Las Grutas. Como para llegar temprano y ver si podemos aprovechar algo del dia alla

Este es el tramo mas difícil, elegimos hacerlo de esta forma, de un tiron parando para dormir a la noche, ya que estamos frescos de la salida reciente. Y una vez llegados a Ushuaia y pasado el fin de semana santa, poder hacer todo mas tranquilo parando en todas, como corresponde y a gusto de los viajeros

Me voy a dormir, mañana me tengo que levantar demasiado temprano!!

miércoles, 19 de marzo de 2008

Primer dia y ya salimos

Quizas tanto como el viaje planeado y la llegada a los lugares elegidos, se disfrutan las visperas de la salida. Los preparativos, desde buscar la valija, la eleccion de la ropa, que discos guardamos, hasta los pequeños detalles diarios necesarios para las rutinas que nos llevamos. En este caso particular donde recorreremos las rutas mas australes del planeta, la operacion se hace un poco mas complicada. Acá, en casa, hace 29°C de maxima pero alla hace 6°C en el momento de mayor temperatura. Entonces, prever el abanico de climas a transitar sólo pensando en los primeros cuatro dias de viaje y la ropa que necesitaremos para todo eso, es bastante mas entretenido que lo habitual.

Amigos, la organización ya comenzó su marcha. Ayer a la noche Waly llevó sus menesteres para cargar en la camioneta de Charly. Hoy a la mañana Charly ya pasó a buscar a quien suscribe y metimos todos los bartulos tempranito, sufriendo el tránsito porteño camino al trabajo, pensando en la calma de las rutas dentro de unos días. Y lo diferente que se verá todo desde 3000 kms de distancia. Sólo falta cargar el bolso marinero de Emiliano minutos antes de salir y ya estamos con todo listo. Camaras de fotos, filmaciones, musica de la mas variada, mate, todo lo necesario.

Desde acá les iremos comentando las alternativas del viaje, en la medida de lo posible y desde donde se pueda, los detalles de todo este viaje magico y misterioso estará con ustedes.

sábado, 1 de marzo de 2008

Estamos en los preparativos!

Aqui empezamos!

Faltan solo unos dias para salir de viaje, un trip que esta calculado en 20 dias viajando por el sur mas sur del planeta, parando en todas. Ya los dos cerebros organizativos de la organizacion (Charly y Waly a cargo de esa titanica tarea) tienen proyectado casi la mitad del trayecto. Emi tiene a punto su camara para sacar las fotos magicas del mejor paisaje que puedan conocer. Y quien esto escribe esta afilando sus dedos para la descripcion detallada del sueño viajero

Dia de Partida: Miercoles 19 de Marzo
Horario (estimado): 17 hs
Lugar: Donde quede estacionada la camioneta