miércoles, 26 de marzo de 2008

Dia 7 - Contrastes


Hoy el trayecto proyectado era llegar a Bahia Lapataia, un recorrido que se puede hacer en la camioneta por un camino de mejorado bastante accesible. Por lo que pudimos levantarnos un poco mas tarde para desayunar tranquilos y abrigados por el solcito que entra por la ventana y nos abriga la espalda.

Salimos notando que las nubes estan sobre el mismo glaciar donde estuvimos sentados ayer. El tiempo nos acompaña de una forma estupenda; si hoy hubieramos querido subir al glaciar estariamos en medio de la nube y no podriamos ver ni siquiera nuestros pies congelados por el agua.

Arrancamos con la camioneta el camino y al rato entramos al Parque Nacional Tierra del Fuego luego de pasar por el costado a la estacion del tren del fin del mundo, apto para precios de turistas casi exclusivamente, transitando un camino que gira a izquierda y derecha alternativamente entre los arboles y nos ofrece contrastes de sombras y luces con el sol que se oculta y asoma alternativamente. Emiliano aprovecha en todo momento para sacar fotos. Es que a cada vuelta del camino las montañas y pequeños valles es un festival de fotos.

Llegamos al final y tenemos que bajar, aca termina la ruta 3 como indica el cartel y algo da vueltas entre los cuatro que planeamos hace un poco mas de cuatro meses este viaje. No es que venimos en un avion y bajamos aca nomas. Hace casi una semana que compartimos un espacio pequeño, devorando la ruta, conviviendo 24 horas, durmiendo alternativamente en viaje y haciendonos el aguante. Kilometro 3063 y de aca todo lo que queda es pegar la vuelta. Seguir adelante, de ser posible, es dar la vuelta para desembocar del otro lado. Desde donde se mirae es terminar para comenzar de vuelta.

Un sendero de madera nos guia para una vuelta de turista, sacamos algunas fotos con Emi, esas cosas de “turi” que se precie. Al costado del camino hay un letrero que nos indica unos 2 kms desembocando en la Bahia Lapataia pero mas al fondo y hacia alla vamos.

Lo primero que notamos es el piso de turba. Es como caminar sobre una alfombra mullida de las mejores. No solo la turba nos brinda amortiguación, tambien la tierra humeda es como acolchonada, un placer extraño y terriblemente agradable. Mas adelante atravesamos distintos tonos de verdes que nos brinda la vegetación humeda. A los metros nos encontramos con un bosquecito de yungas de un gris plomizo contrastante con el que veniamos viendo metros atrás. Seguimos caminando y en una especie de laguna negra vemos los restos de una castorera abandonada. Por un lado o por el otro nos entretenemos tratando de acercarnos a algunas liebres que se esconden tan rapidamente como aparecen, entre la parte baja de los matorrales.

Luego de una senda de unos veinte minutos, desembocamos en la parte mas alejada de la Bahia Lapataia. Un lago con algunos patos nadando distraidamente y las rocas al borde del agua transparente que deja ver el fondo. Se escucha el ruido del agua subiendo alternativamente sobre las piedras de la costa que dibuja una elipse de derecha a izquierda, sentado en una piedra al borde, dejo transcurrir el tiempo con los ojos cerrados. Parar el mundo por una milesima de segundo, el camino del guerrero. Hay veces que asoman algunos lugares propios que nunca se visitaron, pero que se reconocen en la conciencia.

Eso es sin duda una entrada, dice Emi señalando el espacio entre un par de pequeñas islas al frente del lago, refiriendose quizas a la bahia y su caracteristica. Si, quizas lo es. En mas de un sentido.

Volvemos para comer algo antes de salir al destino turistico emblematico de la zona. La carcel del fin del mundo, esa misma donde estuvieron personajes tan dispares de nuestra historia como Santos Rodino, el petiso orejudo, hasta Ricardo Rojas (si, ese del centro cultural, rector de la Universidad de Buenos Aires). Luego de traspasar la entrada principal, esta el museo maritimo. Aca es donde Waly se siente como si lo hubiesen dejado jugar en el mejor de los mundos. Maquetas de barcos, historias de marineros y flotas, mapas, instrumental marino antiguo, todo como para que se sienta feliz.

Mas adelante empezamos a adentrarnos en otra dimension. La historia del penal conocido como el del fin del mundo. Calculen lo que puede ser a principios de siglo ser enviado a un sitio donde no existe mas pueblo que unas 40 casas, la mayor parte del tiempo bajo metros de nieve, encerrados en celdas que no miden mas de dos metros por un metro y medio, una pequeña ventana enrejada que no excede de los 30 por 40 cms y con temperaturas de freezer. Mas alla de cada historia particular imaginada, no debe haber sido facil saber del destino encomendado sin quebrarse. A poco de entrar me llama la atención el gesto de la gente que camina sin esperar la guia. Los gestos son adustos, serios, con un peso no despojado de historia.

El recorrido no es facil si uno empieza a mirar las fotos, las historias, las caligrafias de las cartas enviadas a familiares en un norte tan lejano como la ilusion de escapar hacia algun lado con esperanza de sobrevivir. Las celdas, las muestras de grilletes, los trajes, los utensilios y mobiliarios, nos acercan a una realidad que desde nuestro lugar es inhumana. Parte de la historia de nuestra sociedad y sus organizaciones sociales se nos vuelcan y atropellan en una tarde de recorrido. La duchas del pabellón viejo, las letrinas en semicírculo, las increíbles puertas de madera maciza, todo contribuye a crear un clima de opresión que contrasta salvajemente con la paz y calma del recorrido paradisiaco de la mañana en Bahia Lapataia. La diferencia es abrumadora y provoca dolor de cabeza.

La salida es una bocanada de aire helado. Mas terrenalmente, pensamos en buscar facturas para el mate de la tarde. Mas tarde una cena en la pizzería recomendada por Marcos y fin del dia en el bar “Dublín” junto a un R2D2 de tamaño natural y unas Guinnes exquisitas para completar la jornada. A la vuelta, vemos en la tele unos cacerolazos mientras partimos unas tabletas de chocolate acompañadas de un buen scotch. La realidad nos atropella inevitablemente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones!!!lo lograron no tenia dudas que asi seria,charly los hubiese llevado a la rastra para llegar a tiempo.pasenla bien un abrazo grande El MOno

Fabiana dijo...

felicitaciones!! y ahora queda la vuelta, que no nocesariamente es retroceder! sobre todo en este viaje, no?
sino seguir descubriendo y creando recuerdos!

eleonora dijo...

chocolate con scotch... ustedes no se privan de nada. Esas sí que son vacaciones de lujo!! :)

Alejandro Lauria dijo...

Me estoy atrasando en la lectura! o yo empece a trabajar y no entro todos los dias o uds van muy rapido! Leo que Emi saca muchas fotos, Gus decime el terreno en Ushuaia, da para que me cargue la camara de placa??? como en San Martin de los Andes? jeje? saludos