martes, 25 de marzo de 2008

Dia 6 - Comienza el Tosco Tour en Ushuaia

Hoy teniamos programado un viaje en velero que nos habia ofrecido Marcos, el dueño del Hostel donde estamos parando. Después de un desayuno con medialunas y palmeritas, con el sol pegando en la espalda que entraba por la ventana, salimos un tanto apurados con Emiliano a la busqueda de Charly y Waly que se habian adelantado para tratar de llegar a horario al barco. Un tratamiento especial debemos tener para Emiliano, quien detenta un ritmo matutino que difiere un tanto del que desarrollan los demás mortales. Su parsimonia en las ceremonias del despertar no son para cualquier organización inflexible del temperamento de todos los integrantes.

Apenas salimos, a la derecha vemos un arcoiris que nacia en las montañas hasta por detrás del puerto, provocado por las lluvias soleadas que aca ya nos empiezan a parecer algo habitual.

Minutos mas tarde y casi sobre la hora, llegamos al puerto donde vamos a zarpar. El viento es muy fuerte. Bastante. Ya se podia sentir desde tierra a la salida del hostel; al borde del agua se siente un poco mas. Embarcamos en el velero transportados en una pequeña lancha que nos acerca hasta el lugar donde esta fondeado, con nuestro capitan que va parado sobre la embarcación como yo voy parado sin agarrarme del pasamanos del subte C cuando encara la estacion Av de Mayo. Cada uno domina su espacio, claro.

A poco de partir, podemos ver la ciudad de Ushuaia desde el barco iluminada por el sol entre las nubes que filtran rayos, recordandome inmediatamente a Tippi Hedren cruzando hacia Bodega Bay en “Los Pajaros” de Hitchcock antes que las primeras bandadas de gaviotas atacaran. El viaje en barco es hermoso a pesar del frio y el viento que ya no molesta. Creo que ya nos vamos acostumbrando de a poco. Aprovechamos para sacar fotos, caminar un poco por la quilla agarrados a los cables asegurados al mastil y ver la ciudad desde la bahia. Un cuadro.

En un momento empezamos a sentir al velero que se inclina hacia babor. El timonel nos pide que nos ubiquemos del otro lado y seguimos maravillados el paisaje. Apuntando a la proa vemos nubes bajas y oscuras. Empiezan a soplar ráfagas intermitentes pero algo inquietantes. El oleaje lo vemos como un poco mas nervioso. Luego nos enteraremos durante la vuelta, entre el oleaje y el viento, que se denominan “corderitos” a los penachos de espuma que empiezan a asomar sobre la superficie del agua en mayor cantidad y velocidad. Suponemos confiados que es una condicion habitual de la zona. El velero extiende la vela frontal, gira y se ubica al lado contrario. Estamos virando en 180º.

El tripulante nos avisa que nos ubiquemos detrás, que en el lugar donde estamos nos vamos a mojar un poco por el viento que se levanto. Y el barco se inclina. Bastante. Vamos hacia atrás y ya el viento es importante. No solo eso, empieza a inclinar el velero en un angulo que Waly vio en el instrumental llegaba a 40º. Es como viajar parado en el tobogán magico pero borracho. Nos dicen que se esta levantando temporal y volvemos, los vientos son de 40 nudos aproximadamente (72 kms/h) y que debemos volver por seguridad. Le indican al barco que se cierra la navegación y que volvamos. Quizas es habitual en estos lugares este tipo de eventos pero no para nosotros, claro. La vuelta fue ardua, movida y emocionante. Un rato largo hasta entrar en puerto donde el barco se inclinaba, nos mojaba, nos zarandeba de lo lindo, todos agarrados y soportando el agua helada que pegaba a babor y nos empapaba. Entre el agua que se enfervorizo con mis pantalones y el viento entusiasmado, juro que por un rato no senti las piernas. Lo juro.

Llegamos algo mojados pero felices. Si lo hubiesemos querido hacer a proposito, no nos sale nunca. Fue un rato interesante, algo que se acerco a una hora con rafagas de viento helado pegando de costado, no es algo que se olvide fácilmente. Pedimos otra vuelta de esas pero cerraron el puerto y nos tuvimos que volver a casa. Emiliano, que estaba inclinado del lado que pegaba el viento-agua sacando fotos y yo que quede cerca del mismo lado, llegamos al hostel y nos pegamos un estupendo baño reparador con agua caliente para volver a ser nosotros mismos.

Como el Tosco Tour no se detiene y no somos de dar el brazo a torcer a la naturaleza asi nomas, a la tarde planificamos otra actividad.

A espaldas de la bahia se erigen varias montañas, una de las cuales se llama Monte Martial, el que posee un pequeño glaciar donde se puede observar su blanco contrastante con la roca. Y hacia alla vamos después de almorzar unos buenos sandwiches.

Nota importante: compramos un buen scotch (Ballantines) que forma parte del equipaje que llevo de ahora en mas en la mochila de exploracion.

Llegamos a la base y empezamos a ascender a pie entre la vegetación de selva montañosa y un rio de deshielo que proviene del glaciar adonde nos dirigimos. No voy a decir que es harto dificultoso pero tampoco es tan facil; se siente un poco, la verdad. Tenemos de fondo un constante sonar de agua corriendo por entre las piedras, algo parecido a esas fuentes de agua reiki pero de tamaño natural. Existe una aerosilla para subir pero es mas lindo definitivamente de esta forma.

Al llegar al fin del recorrido de la aerosilla, el glaciar se puede observar como ahí nomas. Estamos muy cerca, como no seguir mas adelante?. Ni se pregunta, vamos todos decididos por el sendero que asciende entre piedras y por algunos tramos, algo de musgo. El esfuerzo es suficiente para sacarnos el aire por trechos. O estamos muy fuera de estado o muy alto. En ciertos pasajes subir nos deja sin piernas y el centro de gravedad se desplaza de tal forma que quedamos cerca del piso. Faltan 200 metros, nos dice Charly, pero no son dos cuadras en casa. Esta tan cerca que es imposible vencer la tentacion de ir al tocar el hielo. Seguimos ascendiendo y el camino de tierra y rocas pequeñas se transforma en solo rocas. Ya el hielo esta ahí, lo podemos ver casi ahí nomas, seguimos por pura voluntad y ganas de llegar adonde dijimos que ibamos a estar.

Ya la ascensión es por la roca que nos trae agua helada del deshielo del glaciar. Vemos bajar algunos turistas pertrechados con equipos y nosotros con zapatillas de calle o borcegos de Alto Palermo y ganas. Y finalmente llegamos agarrandonos de las piedras, ayudandonos en nuestra torpeza de citadinos pero ahí estamos. Abrimos la petaca y brindamos con scotch por el paisaje que podemos ver desde ahí arriba. Increíble. Con Waly vemos descender un avion en la pista y estamos mucho mas arriba que el aparato. Vale la pena sin duda.

Dicen que la bajada es mas difícil que la subida. Y es cierto. Totalmente. Como neofitos que somos, subimos sin seguir un rastro cierto donde pisamos ni el camino que tomamos. Y al bajar ni siquiera lo reconocemos, asi que se convierte en una empresa tan dificultosa como subir. Nos adelantamos con Waly en la bajada. A veces lo sigo, a veces me sigue. Emi y Charly se ponen a jugar un rato en el hielo y se quedan algo retrasados. Luego de algo cercano a una hora gastando las piernas bajando, llegamos a la base. Al rato llega Charly con una de las caras de cansado mas intensas que le pude ver. Y felicidad, claro, como un chico que le dieron todos los gustos. Unos cuantos metros mas atrás, Emiliano sacando fotos. Lo unico que pedimos es que nos abra la camioneta.

A la noche, Waly y yo festejamos con pastas y vino. Charly y Emi con empanadas. Estupendo comienzo en Ushuaia, algo mas no podriamos haber pedido.

4 comentarios:

Alejandro Lauria dijo...

tremendas caminatas y aventuras marinas encontraron el primer dia! y las que estan por venir!!!!
buenisimas las fotos! tambien aparecieron.
Saludos desde la ciudad autonoma de buenos aires!!!!!!

Fabiana dijo...

sin dudas las imagenes son hermosas!! pero ademas de ver tanta belleza, me parece que la estan viviendo a pleno! eh! estan "sintiendo" ushuaia!
este blog me hace acordar a la cancion de serrat, JUAN Y JOSE.. uno viajó y el otro viajo tambien pero a traves de las cartas del viajero...
saludos!

eleonora dijo...

me los estoy imaginando con las all star tratando de escalar en el hielo, y me muero de risa. Bien por el Ballantines, nada mejor para combatir el frío que un buen trago! y muy buenas las fotos :)

PD: borrá a KIJAR que nadie quiere virus en la compu. Besos

Unknown dijo...

Si van a la sucursal, le mandan un saludo a Tavita Cuevas!!

A Emiliano le puede hacer bien una buena malteada a la mañana!!